REFLEXIONES POR EL DIA DEL PADRE
Reflexiones por el Día del Padre
Carta de un padre a su hija.
Lo que un padre -o
quien sueña con serlo algún día- desea -o desearía- para el corazón de su hija:
Pequeña, tu única
tarea es saber muy dentro de tu alma -en ese lugar inquebrantable que no se
transforma por el rechazo, la pérdida o el ego- que tú eres digna de interés.
Si puedes recordar que todos también son dignos de interés, estarás por ganar
la batalla de tu vida.
Si puedes estar
segura de que vales en este sentido, serás atractiva en la manera más
importante del mundo: atraerás a un chico que sea digno de tu interés y que
también querrá pasar su vida invirtiendo todo su interés en ti.
Pequeña, quiero
decirte algo acerca del hombre que no necesita que lo mantengan interesado,
porque él sabe que tú eres interesante:
No me importa que
ponga los codos en la mesa, siempre y cuando él ponga sus ojos en la manera en
que tu nariz se frunce cuando sonríes. Y que luego no puede dejar de ver.
No me importa si no
puede jugar golf conmigo, siempre y cuando él pueda jugar con los hijos que le
des y disfrute todas las formas gloriosas y frustrantes en las que se parecen
tanto a ti.
No me importa que no
persiga el dinero, siempre y cuando él persiga su corazón y siempre lo lleve de
vuelta a ti.
No me importa si es
fuerte, siempre y cuando él te de espacio para ejercitar la fuerza que hay en
tu corazón.
No me podría importar
menos si vota, siempre y cuando se levante cada mañana y te elija un lugar de
honor en tu casa y un lugar para venerarte en su corazón.
No me importa el
color de su piel, siempre y cuando el pinte el lienzo de sus vidas con
pinceladas de paciencia, sacrificio, vulnerabilidad y ternura.
No me importa si fue
educado en esta religión o en otra o en ninguna, siempre y cuando haya sido
educado para valorar lo sagrado y para saber que cada momento de la vida y cada
momento que pase contigo es algo profundamente sagrado.
Al final pequeña, si
te topas con un hombre como ese y parece que él y yo no tenemos nada en común,
en realidad tendremos en común lo más importante:
Tú.
Porque al final,
pequeña, la única cosa que debes hacer para “mantenerlo interesado” es ser tú
misma.
Tu hombre eternamente
interesado
Papá.
<< Lecturas recientes